martes, 4 de octubre de 2011

La salvación ¿Es por fe o por obras? el eterno dilema.


A partir de la Reforma protestante surge el dilema si la salvación es por fe o por obras. Los que creen que la salvación es por fe (protestantes y evangélicos)  buscan sustentar en textos como:

Efesios.
2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
2:9 no por obras, para que nadie se gloríe. 

Tito.
3:5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 

Los que creen que las obras son indispensables para la salvación (católicos, testigos de Jehova)  buscan sustento en :

Santiago:
2:14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?
2:15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,
2:16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?
2:17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
2:18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
 

Esto parecería un dilema de contradicciones. Pero eso siempre pasa cuando tomamos textos fuera de contexto. Si leemos bien las cartas paulinas, nos daremos cuenta que tanto Pablo como Santiago enseñaban lo mismo.

La doctrina reformada jamás enseña que la fe por si sola salva. Sino que por la fe se recibe la gracia, el Espíritu Santo que hace morir las obras de la carne.

El creyente tiene una responsabilidad en la salvación dada por Dios, y Dios le pedirá cuentas si no aplica la gracia otorgada por Él.

¿Cómo un creyente debe de aplicar la gracia dada por Dios por medio de la fe?

Romanos
8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Este es el texto clave (Romanos 8:1) Primeramente San Pablo nos enseña que la salvación es el estar en Cristo y no vivir SEGUN LA CAREN, sino según el Espíritu. Aquí hay dos elementos indispensables para ser salvo, "estar en Cristo" y "vivir con forme al Espíritu". Y Pablo es muy constante en esta enseñanza en casi todas sus cartas.

Romanos
8:13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.

Aquí esta la clave de la salvación, San Pablo nos explica que el creyente que viva según la carne morirá (será condenado). Mas si el creyente hace morir las obras de la carne con el poder del Espíritu Santo vivirá (vida eterna). Después Pablo explica que los guiados por el Espíritu Santo son los verdaderos hijos de Dios.

Por lo tanto la salvación no es por pura fe ni por obras, sino que por la fe ser recibe el Espíritu y en el hay que hacer morir las obras de la carne.

¿Como se recibe el Espíritu de Dios?

Hechos de los apóstoles.
15:8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros;
15:9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.

En Hechos, San Pedro explica que Dios no hizo diferencia entre judíos y gentiles a ambos los purifico por medio de la fe y les dio el Espíritu Santo.

Gálatas.
3:2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?
3:3 ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?

En Gálatas Pablo regaña a la Iglesia pues algunos miembros querían circuncidarse para ser justificados (declarados justos). Y San Pablo les recuerda como recibieron el Espíritu Santo, si por cumplir con la Ley de Moisés (mandamientos) o por haber escuchado con fe el Evangelio. La respuesta obvia era por HABER ESCUCHADO EL EVANGELIO CON FE.

Gálatas.
3:11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;
3:12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
3:13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
3:14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

Nuevamente San Pablo explica que por el cumplimiento de la Ley (mandamientos) nadie es justificado ante Dios, pues Cristo nos ha liberado de la maldición de la Ley, a fin de que, POR LA FE se reciba la promesa de tener el Espíritu Santo.

En conclusión, es por medio de la FE en el evangelio  que se recibe el Espíritu Santo, pero sin no hacemos morir las obras de la carne, no podemos ser salvos. Por lo tanto por pura fe no se salva nadie, sino que por fe, el creyente debe de renunciar a toda maldad, sino no hay salvación.

Gálatas
6:7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
6:8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 

Estas palabras de Pablo en Gálatas suenan diferentes pero en esencia es lo mismo que enseñó Santiago:
1:12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

Tanto Pablo como Santiago enseñan que el hombre revestido de gracia debe de soportar las tentaciones o hacer morir las obras de la carne para al final tener la recompensa de la vida eterna.

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